Tengo
veintiséis años. Es que no se donde los tengo, si es que de veras
los tengo. Si los dejé en una esquina o en el fondo de un cajón.
Tal vez se cayeron por un agujerito del bolsillo del pantalón mal
remendado o quizás deba buscar en el espejo, bien atrás, donde casi
ni refleja.
Busco
y rebusco un recuerdo, y recuerdo algo que me late no es un recuerdo.
Ni siquiera estoy seguro de llevar la memoria de mis ayeres, que ni
de ayeres tengo certeza.
Hoy
busco un recuerdo, busco mis años y no encuentro de tanto que busco.
Hallé remembranzas que no creo me pertenezcan. Comienzo a
preguntarme si tendré algo que encontrar, si de tanto no tener nada
que perder habré perdido algo alguna vez. No se, años, recuerdos
acaso.
Di
con el espejo, pero no es el mío. Está roto. Lo vi al doblar la
esquina, esperando ver convicciones. Es que casi no las hay. Dudo
toparme con alguna.
Voy
a sentarme en aquella nubecita blanca. Nada puede pasarme hasta que
no halle mis recuerdos y mis años. Es que soy tan solo un
pensamiento y no se a quien le pertenezco.
"El árbol detrás del árbol"
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