Los paraísos II


Los acantilados colosales donde el mar armoniza con las gaitas; aquellas, luctuosas y joviales a la vez.

La rompiente en si bemol, el viento que despeina los escaramujos y el soplido que atraviesa el laberinto; se funden en una música de conjuros y sortilegios perpetuos.

Magia antigua que canta a las almas del cielo, del suelo y del crepúsculo.

La gaita, el gaitero y el vértigo de la inmensa soledad.
Acústica de roca y sal.
Lágrimas de mar y brisa.






"El árbol detrás del árbol"


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