Quehaceres IV


En los talleres del Este se fabrican alucinaciones. Miles de operarios inventan espejismos con formas multicolores; oscuras y luminosas; a veces deformes; a veces borrosas. Livianas o pesadas.
Las alucinaciones se introducen en píldoras verdes pequeñísimas, para aquellos que no duermen. Afiebrados, extraviados y alocados.

En los talleres del Oeste se fabrican ilusiones. Otros tantos operarios producen quimeras y esperanzas de todo tipo. Luego las encierran en pequeñísimas píldoras rojas, para aquellos que despiertan.

Las ilusiones se reparten en los sueños, mientras que las alucinaciones, para evitar confusión, se distribuyen en el desvelo.

Pero no siempre sucede así. A veces los ilusos alucinan y otras tantas los alucinados se ilusionan.






"El árbol detrás del árbol"

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