En
los talleres del Este se fabrican alucinaciones. Miles de operarios
inventan espejismos con formas multicolores; oscuras y luminosas; a
veces deformes; a veces borrosas. Livianas o pesadas.
Las
alucinaciones se introducen en píldoras verdes pequeñísimas, para
aquellos que no duermen. Afiebrados, extraviados y alocados.
En
los talleres del Oeste se fabrican ilusiones. Otros tantos operarios
producen quimeras y esperanzas de todo tipo. Luego las encierran en
pequeñísimas píldoras rojas, para aquellos que despiertan.
Las
ilusiones se reparten en los sueños, mientras que las alucinaciones,
para evitar confusión, se distribuyen en el desvelo.
Pero
no siempre sucede así. A veces los ilusos alucinan y otras tantas
los alucinados se ilusionan.
"El árbol detrás del árbol"
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